Find out: Risk factors for breast cancer.
A partir de hoy iniciamos nuestras entregas informativas sobre cáncer de mama.Tocaremos diferentes temas que son muy importantes para desmitificar el cáncer de mamá y sobre todo para normalizar la información que todas debemos conocer al respecto de esta enfermedad.
Estos contenidos han sido desarrollados por GEICAM* que tras años de trabajo especializado en cáncer de mama nos abre las puertas al conocimiento y a resolver las dudas frecuentes que tenemos.
Hoy hablamos de los factores de riesgo para padecer cáncer de mama. Los más relevantes se refieren a la edad, la historia personal o familiar de cáncer de mama, la historia reproductiva personal y la exposición a los denominados carcinógenos (productos que pueden producir cáncer).
Aunque resulte sorprendente, envejecer es el principal factor de riesgo para tener cáncer de mama. Cuanto más vive una mujer, más riesgo tiene de padecer cáncer de mama. En Estados Unidos, el riesgo de tener cáncer de mama hasta los 39 años es de menos del 1%. Entre 40 y 59 años, es del 4% y entre los 60 y los 79 años, del 7%. El riesgo acumulado de padecer cáncer de mama para una mujer que viva 90 años es del 14%.
No se dispone de cifras españolas globales que ofrezcan fiabilidad. Aunque se sabe que el riesgo global de padecer cáncer de mama en España es menor que en Estados Unidos, la incidencia está creciendo lenta pero progresivamente en los últimos años.
Otro factor de riesgo para padecer cáncer de mama es haber tenido anteriormente ya un cáncer de mama. En otras palabras, si una mujer ha tenido ya un cáncer de mama, el riesgo de padecer un segundo cáncer de mama es superior al de la población general y se calcula que es del 1% anual (10% cada 10 años que pasan desde el primero). No obstante, estos datos se refieren a las mujeres que no recibieron quimioterapia ni hormonoterapia tras la cirugía para el primer cáncer de mama. Cuando se han recibido estas terapias, el riesgo se reduce notablemente.
Una historia de cáncer de mama en la familia de una mujer aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama, y ello es especialmente relevante si pertenece a una familia con cáncer de mama y ovario familiares (ver pregunta 1). La exposición a hormonas, tanto exógenas –administradas como medicamentos– como endógenas –producidas por la propia paciente– condiciona el riesgo de padecer cáncer de mama.
Las mujeres con una menarquía (primera regla) tardía y una menopausia (última regla) precoz tienen menos riesgo de padecer cáncer de mama, ya que sus mamas están expuestas durante menos tiempo a las hormonas sexuales femeninas producidas por sus ovarios.
No tener hijos se asocia con un riesgo aumentado de cáncer de mama. Una mujer que haya tenido al menos un hijo tiene un 25% menos de riesgo de tener cáncer de mama que otra sin hijos (nulípara). Las mujeres con cinco o más hijos tienen un 50% menos de riesgo que las nulíparas. La lactancia materna de larga duración también es un factor protector.
El uso de terapia hormonal sustitutiva con estrógenos y progestágenos para combatir los síntomas de la menopausia se asocia con un riesgo elevado de padecer cáncer de mama, especialmente si se utiliza durante largos periodos de tiempo (más de cinco años).
La obesidad aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama. Las mujeres obesas con índice de masa corporal de más de 31 tienen un riesgo de tener cáncer de mama 2,5 veces superior a las no obesas. Ello parece ser debido al hecho de que el tejido graso contiene cantidades sustanciales de una enzima denominada aromatasa que produce estrógenos a partir de los andrógenos suprarrenales.
Varios estudios han determinado que el ejercicio físico reduce el riesgo de padecer cáncer de mama entre un 10 y un 70%, dependiendo del nivel de actividad. Las mujeres que realizan ejercicio físico aeróbico de tres a cuatro horas por semana tienen una reducción del riesgo de padecer cáncer de mama del 30-40%.
El consumo de alcohol se asocia también con un riesgo aumentado de padecer cáncer de mama, riesgo que se relaciona con la importancia de la ingesta. Finalmente, las mujeres a las que se ha diagnosticado por biopsia de lesiones mamarias benignas denominadas proliferativas (en especial hiperplasia atípica) tienen un riesgo cuatro o cinco veces superior de tener cáncer de mama que las mujeres sin dichas alteraciones.
Existen varias fórmulas para calcular el riesgo de padecer cáncer de mama de una mujer, como la fórmula de Gail. Están basadas en población norteamericana, por lo que podrían no ser totalmente aplicables a la población española. En internet puede encontrarse una calculadora de riesgo del Instituto Nacional del Cáncer norteamericano (www.cancer.gov/bcrisktool/).
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